jueves, 15 de octubre de 2009

LECCION EN UN AULA DE MEDICINA.

EL ABORTO.- Un Catedrático o Profesor de Ginecología, empezaría su disertación en una Clase de 6º de Medicina (de mis tiempos), definiendo el aborto como una interrupción de la gestación de forma espontánea o provocada, seguida de la expulsión del producto de la concepción, cuando el feto no es viable (generalmente antes de las 28 semanas o cuando su peso no alcanza los 1000gr); no obstante hoy se pueden gracias al desarrollo de la Neonatología, con incubadoras, etc), conseguir embriones viables con 26 semanas y......
El término aborto es un tanto impreciso y para que sirva como lección didáctica, distinguimos :
1) Aborto espontáneo; por causas muy diversas, como hipoplasias uterinas, anomalías en cuanto forma y situación del útero, enfermedades de la madre, sífilis, intoxicaciones (mercurio, fósforo), traumatismos mecánicos y psíquicos, etc.
2) Aborto criminal, cuando la interrupción del embarazo se practica para hacer desaparecer el producto de la concepción.
3) Aborto artificial, cuando se produce la terminación prematura de forma intencionada por medios mecánicos o farmacológicos.
Podíamos citar muchas mas clases , tipos o modos de aborto; pero desde este punto, me desvío del rol que seguiría el conferenciante, para exponer mis conclusiones sobre el aborto: “Yo no me considero cien por cien capacitado para abordar el problema de la interrupción del embarazo (aunque si me considero capacitado para rechazar de una manera tajante cualquier clase de aborto que no sea espontáneo o como obra incompatible con la naturaleza).
Dicho esto, el motivo de mi exposición obedece a tratar de sensibilizar a la clase intelectual española en general y a la clase Médica en particular, sobre el tema del aborto; abordado por una cadena de televisión, donde los contertulios trataron este tema en el que demostraron la ignorancia más supina; unos, porque en ellos predomina, y lo enfocan como un acto de reivindicación de la mujer (la mujer es dueña de su cuerpo) y como un fenómeno socio-político, pero impregnado de odio, de rencor y de venganza, demostrando un desconocimiento total sobre un fenómeno tan sencillo y al mismo tiempo tan necesario como es la reproducción de las especies y entre ellas, la especie humana; su carencia de conocimientos y de moral, no son causa suficiente para frenarles en sus réplicas y contra-réplicas, lanzando barbaridades científicas y políticas, aparentando un estado pletórico; satisfechos de sus descabelladas manifestaciones (la ignorancia es muy atrevida); el otro “bando”, tan poco se libra del varapalo, pues en sus argumentos, no apelan a la ciencia, sino a la conciencia, a la ley; pero lo hacen con miedo, se dejan acorralar pensando en el que dirán y no digamos si desde el bando de los espectadores se producen aplausos dirigidos a sus contrarios
Para mi, no hay mas que un hecho incontrovertible derivado de los conocimientos adquiridos en mis años de Facultad y después en mi vida profesional; por lo tanto, las ideas que quiero exponer, no son exclusivamente mías.
Todo el conjunto de intelectuales que se ocupan de la Medicina y de la Biología, admiten por unanimidad , el fenómeno natural y fisiológico de la fecundación; aquí no hay consenso, hay unanimidad ; todos los textos Médicos, Biológicos, Histológicos, Anatomopatológicos, etc, describen la fecundación de la misma manera (como es y solo como es).
Una célula sexual masculina, se une a una célula sexual femenina y el resultado biológico no son dos células; ¿Fallan las matemáticas?; no. La célula resultante, es exactamente la suma de las dos anteriores. Este hecho solo se da en las células sexuadas; en las demás células no se da este fenómeno; no se pueden unir unas células con otras; lo que si ocurre es que se dividen, pero la división de una célula asexuada, origina dos células iguales; mientras que en las células sexuales, llevan cada una la mitad de la herencia que debe transmitir, para que al unirse, masculina y femenina, la resultante sea la célula completa; la carga cromosómica, es de 46 cromosomas en todas las células de la especie humana. Esta célula resultante, a diferencia de las demás, posee una potencialidad tal, que da origen a un nuevo ser; que lleva la carga cromosómica correspondiente a la especie; es portadora del cariotipo. Y esa carga genética se va a expresar en el nuevo ser, constituyendo el fenotipo.
Así, el conjunto de genes forman el genoma, compuesto por 46 cromosomas, agrupados en 23 pares; de los que 22, son semejantes y el par restante corresponde a los cromosomas sexuales, que son distintos para el hombre y para la mujer y son de una importancia primordial en la determinación del sexo.
Desde el mismo momento en que se unen la célula masculina a la célula femenina, el resultado es el óvulo fecundado, que va empezar un peregrinaje por el aparato genital femenino, que está preparado para recibirle, facilitar su implantación, suministrarle todos los cuidados y aportarle todos los medios defensivos, etc; hasta que complete su desarrollo; todo ello de una manera altruista.
La interrupción de esa evolución natural y fisiológica en cualquier punto de la cadena, es un atentado; por mucho que el derecho y la filosofía, la política y la sociología, las corrientes del pensamiento y las asociaciones humanas quieran presentar al conocimiento científico, como un acto que pueda y deba interrumpirse a voluntad en el tiempo; asegurando y dictaminado que en la primera semana, o en la segunda, o hasta la......, o antes de la ......, se puede realizar; mejor dicho, provocar la interrupción del embarazo; no es admisible, al menos para personas que debido a sus conocimientos, trasmiten mediante su Magisterio, este fenómeno fisiológico que no concuerda con la aplicación de medidas pronósticas, diagnósticas y terapéuticas que nos inculcan en la Aulas Universitarias; pues en éstas, se estudia el aborto, como se estudia la pulmonía o la diabetes o la hipertensión, etc, pero de cara a prevenirle y evitarle, no a facilitarle o provocarle.
Con estos pobres razonamientos fácil y demagógicamente criticables, quiero lanzar una severa crítica a la clase médica del mundo entero y solidarizarme con la ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE PEDIATRIA, la única organización profesional que ha demostrado coraje, coherencia y honor hacia la dignidad y el fin de su profesión.
¡Qué bonito sería que todas las profesiones sanitarias, por unanimidad con la Asociación Española de Pediatría, plantasen cara a las prácticas abortivas!.
Como el aborto provocado, es un acto criminal, pero despenalizado en determinadas circunstancias por el hombre, que sea el hombre el que lo realice, pero por favor, no un Médico; su dignidad y su grandeza milenaria y universal se debe a su trabajo constante de superación y formación para defender la vida, no para quitarla; no cabe en mi cabeza que esos compañeros abortistas inveterados y compulsivos, puedan ir por la calle o presentar ante los foros, sus estadísticas de abortos realizados en estadios cada vez mas tardíos, como si fueran logros científicos.
El Juramento Hipocrático vigente desde el siglo IV, implica en el Médico un compromiso encaminado a actuar siempre en beneficio del ser humano y no para perjudicarlo; pues la profesión del Médico, es eminentemente vocacional, su interés económico debe subordinarlo al beneficio de los enfermos (Dr. Rozman)
Para terminar, tenemos que admitir también por unanimidad, que si una “bellota no es un roble”, (como argumenta una ex -Ministra), “un óvulo fecundado no es un Premio Nobel”; pero lo cierto es que si a la bellota la coge un ecologista, la transforma en un magnifico roble; lo mismo que si al óvulo fecundado lo toma una mujer equilibrada, responsable y sensata, lo puede transformar en un flamante Premio Nóbel.
La Ley de plazos, tal como la quiere implantar el Gobierno, constituye un desprecio a la vida humana intrauterina y una ausencia de protección jurídica desde el punto de vista del Derecho Penal.
El que la mujer se ampare o irrogue en el derecho a decidir sobre su cuerpo, no la faculta para decidir sobre la vida que se está desarrollando dentro de su aparato reproductor; prueba de ello es que aun en contra de su voluntad, el embrión continua su desarrollo y una vez conseguido, aunque la mujer no quiera, el mecanismo del parto se pone en marcha, lo que demuestra que la mujer es un mero portador temporal, pero con una característica importantísima; que durante ese tiempo se va a producir en ella un cambio de su personalidad, un modo o instinto de reaccionar consistente en una secreción hormonal destinada a provocar un instinto maternal, un deseo amoroso y placentero hacia ese ser que se está desarrollando; si este estado psicológico positivo se interrumpe, se malogra o se actúa contra él; la mujer sufre una tremenda frustración en lo más intimo de su psicología femenina, frustración que no pueden comprender aquellos que la aconsejen el aborto; para ellos es muy fácil decir que la prestan “ayuda psicológica”; pero a esa mujer la han dejado una huella indeleble grabada en su cerebro que la va a estar acusando a través de su conciencia durante todo la vida, de ahí, que podemos decir que esos que aconsejan el aborto, son verdaderos cooperadores necesarios de un delito.
Pues la personalidad es un carácter, un modo de reaccionar ante las circunstancias de la vida y es de tipo hereditario, pero se puede modificar por agentes externos, entre los que tenemos que considerar las presiones externas de contenido diabólico, político o social; es muy bonito aconsejar que aborten, pero..... esos que lo dicen que empiecen por ellos mismos publicando sus abortos y los de sus hijas para dar ejemplo. ¿No les paree lógico queridas futuras mamas?.
Para terminar, tenemos que admitir también por unanimidad , que solamente evitando la unión del espermatozoide con el óvulo, se puede evitar la comisión de un crimen, de lo contrario, el crimen está garantizado; me dirán : ¿Cómo se evita esa unión?, eso lo dejo para que sirva de debate en otro programa de TV y para que los mismos o parecidos tertulianos; den sus conclusiones; discusiones, amenazas y recuerdos a la realidad histórica y a la cultura para la ciudadanía, no faltará quien se lo apruebe o se lo critique.
Millán Rodríguez Tena; Médico Jubilado; Colegiado Honorífico 23.209; millanrt@terra.es

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